Honduras

En su informe del 2010 el Programa Mundial de Alimentos (www.wfp.org) afirma que “casi 200 millones de niños menores de 5 años en el mundo en desarrollo padecen retraso del crecimiento o desnutrición crónica, mientras sufren insuficiencia ponderal cerca de 130 millones. La desnutrición es la principal causa de fallecimiento de unos 3,5 millones de niños menores de 5 años cada año. Esta enfermedad quita de manera persistente a millones de niños la posibilidad de tener un futuro brillante, pues afecta negativamente a su desarrollo mental y físico, y puede tener consecuencias para toda la vida. La desnutrición crónica en los primeros dos años de vida puede reducir el conocimiento cognitivo, disminuir el rendimiento escolar y traducirse en menores posibilidades de ganancia en la vida adulta.” A pesar de que la desnutrición es completamente prevenible, en América Latina y el Caribe uno de cada cuatro niños menores de cinco años está crónicamente desnutrido. El promedio de desnutrición crónica (baja talla para la edad) en la región es de 23.5%. Sin embargo, las mayores prevalencias se encuentran en Centroamérica, donde ascienden hasta el 80% en comunidades pobres e indígenas.

Según datos de Naciones Unidas sobre Honduras, donde ejerce su labor nuestra fundación, el país se encuentra entre los de menores ingresos en América Latina y el Caribe, con una incidencia de pobreza por hogares de 66.5% al 2012, una pobreza extrema por hogares de 46.0% en el 2012 y un ingreso per cápita de 2,225 dólares para el 2011, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) hondureño disminuyó de 6.6% en el 2006 a 3.7% en el 2011; este poco porcentaje del PIB, unido al crecimiento de la población, resulta insuficiente para ejercer un impacto significativo sobre los niveles de vida de la población. El fenómeno de la pobreza se acentúa en el área rural, donde se presentan mayores limitaciones en cuanto a cobertura y calidad de los servicios sociales. La población rural que representa alrededor de 54.1% de la población del país, tiene niveles de pobreza que al 2012 alcanzan el 74.1% de sus habitantes. La población que vive en las zonas de ladera constituye el modelo de pobreza rural más generalizado en el país. También según FAO la población rural hondureña vive con menos de 20 Lempiras (0,75 €) por persona al día y menos del 30% de la población de estas áreas vive en hogares con ingresos per cápita superiores a este valor. Casi la mitad de la población rural vive con ingresos inferiores a 10 Lempiras diarios (0,38 €) y cerca del 25% con ingresos per cápita inferiores a 5 Lempiras diarios (0,19 €). El hambre, que acosa a niños, mujeres y hombres en áreas rurales y cordones marginales en las ciudades (nuestro caso), afecta a 7 de cada 10 hondureños, que no obtienen ingresos suficientes para atender sus necesidades básicas y las de sus familias, en un proceso que perpetúa la miseria. En el caso de los niños el problema se agudiza. Según se puede leer en la página web de UNICEF-Honduras un 52 % de los niños entre uno y cinco años padecen desnutrición aguda.

Honduras es el país con el tercer PIB más bajo de América latina, después de Haití y Nicaragua. Si se compara con el 11 % de personas subnutridas que en promedio existen en América Latina y el Caribe, Honduras casi lo duplica en términos relativos.  La mortalidad infantil -probabilidad de morir en los primeros cinco años de vida- es de 30 niños por cada mil y la mortalidad neonatal es de 14 niños por cada mil, según datos de UNICEF relativos al año 2009.

La Organización Mundial de la Salud, por su parte, destaca que más de dos tercios del país (69,5%) viven en condiciones de pobreza y la mitad en pobreza extrema e incluye a Honduras entre sus países prioritarios. Es decir, aquellos que fueron mencionados especialmente en el Plan Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) 2003-2007, debido al hecho de que la situación sanitaria resulta inadmisible a sus Estados Miembros. En el último informe de UNICEF sobre el desarrollo de los objetivos del milenio se refleja que entre 2001 y 2009 un total de 205.233 hogares hondureños más, cayeron en pobreza. En el 2001 había 786.529 hogares en condición de pobreza, mientras que en 2009 ese número se incrementó significativamente a 991.762. Similar situación ha sucedido con los hogares en pobreza extrema al pasar de 546.265 en 2001 a 614.825 en 2009. Según la base de datos mundial sobre crecimiento y malnutrición infantil del FAO en Honduras un 11% de los niños menores de 5 años padecen de insuficiencia ponderal moderada y 1% de insuficiencia ponderal grave. Asimismo, hay un 25% de retraso del crecimiento en niños menores de cinco años.

Para empeorar las cosas recientemente Honduras ha sufrido un importante seísmo, es campo abonado para continuos desastres naturales (ciclones, inundaciones …) y atraviesa una severa crisis política que está retrayendo la ayuda de la cooperación internacional.

Estructuralmente Honduras y Centroamérica en general tienen un problema de acceso al mercado de los alimentos. Es decir, no hay suficiente dinero en la bolsa para comprarlos, no es un problema de producción. El país produce e importa la cantidad suficiente de alimentos para poder alimentar a toda la población, pero ésta no tiene capacidad económica suficiente para adquirir los alimentos básicos. FAO informa que el efecto del alza de los precios de los alimentos habría significado 6 millones de personas subnutridas más al cierre del 2007 en América Latina y el Caribe.

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